domingo, 13 de febrero de 2011

La impaciencia es mala

¡Buenas tardes compañer@s de lectura! Me he pensado mucho escribir este posts pero era inevitable. Cuando me planteé haceros partícipe de cada tramo de mi lectura de "El legado de la Profecía", me prometí a mí misma que lo haría a un ritmo pausado para no saltarme nada.
Imposible.
Absolutamente, imposible.
Han pasado por mis ojos 317 páginas y no he dicho nada acerca del triste final de la batalla de los enanos ni de su vuelta a "casa", tampoco he comentado nada de la seductora Morgathi y su viaje y encuentro con Sartarón, y me he pasado gran parte de la sangría que han hecho los valderen contra sus "hermanos" atelden... Tampoco he dejado constancia de que Mathrenduil me parece un personaje fascinante (definitivamente, sí, me van los crueles) y que su dragón evocan en mi mente impresionantes imágenes desde el cielo.
Me lo he saltado todo y ahora ando leyendo el desconcierto de Velthen enterándose de todo lo que ocurre en un mundo, que de repente, se ha vuelto demasiado grande para él. Está acompañado de un enorme animal que le adora y de dos compañeros bastante "pintorescos".
Y sé que es horrible el haberme saltado la explicación tantos matices como el valor de Elebrian y su horrible tortura...
Quizás me fallo a mí misma pero no puedo dejar de avanzar, de sentir que se acaban las páginas y quiero saber qué ocurre, a dónde van, que les deparará en el próximo capítulo,... ¿Sufrirán? ¿Perderán a más seres queridos? ¿Amarán? ¿Engañarán?...
318, allá voy.


PD: Por cierto... Sigo esperando a Ledesnald

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