sábado, 19 de febrero de 2011

L.A.

¡Buenas noches compañer@s!
Sí, vuelvo con confesiones.

Mi nombre es Mara y soy L.A., o lo que es lo mismo, Legadoadicta.
(Respuesta en coro): Hola Mara.

En fin, lo dicho, si no era suficiente el haber encontrado a Mathrenduil y su especial atractivo, me he reencontrado con mi más anhelado (y largamente extrañado) personaje: Sí, mi Leslie; digo, Lédesnald. Además, no ha entrado de nuevo tímidamente, sino por todo lo alto. Sangriento, frío y (no se puede negar) efectivo como ninguno. Mi cabeza no para de definirle en ese ataque sangriento, con esos brazos en cruz, en contraste al desierto helado de la Garganta Negra.
Es un ser magnífico, quizás no entenderéis que le ame (¡oh! un amor imposible entre ficción y realidad) pero aunque no le dejaría mi lima de uñas cerca, me lo llevaría a cenar.

Fuera del delirio adolescente que me causa el señor arjón, me emocioné mucho con la carta que le escribe Haoyu a sus hijos, con esa sinceridad y cariño que sólo se atreve a mostrar al sentirte tan cerca del fin. Entre eso y el absoluto e incondicional apoyo de sus soldados no pude refrenar alguna que otra lágrima (los viajeros que iban conmigo en el metro pensaría que estaría viviendo un dramón...). No sé si se salvará o no, pero estoy intrigadísima por leer el siguiente asalto.

En un pasar de páginas, me he encontrado con la fatal fortuna de Náwing. Seré honesta, casi me alegro. Es un alto de profunda maldad de Morgathi, pero así, menos competencia para con
Mathrenduil (Inciso: Uys, debo seguir la terapia, que Lédesnald siempre puede venir con dos dagas a lo Légolas y dejarme en el sitio).

Ahm y no quería dejarlo de tal manera, que he arrastrado al libro a Manzanares El Real porque este Lánzolt, no puede seguir así. Es que será muy valeroso y un guerrero implacable, pero cuando se trata de Kathline es que pierde el norte. En ocasiones, me dan ganas de meterme en el libro y darle dos bofetadas. Que sí, Lánzolt, que la quieres mucho, que te ha cambiado la vida, que me encanta que a pesar de ser un tío capaz de magnas barbaries tienes tu corazoncito, pero:
¡Deja de preocuparte ya por tu Lady! Que es cuánto más te preocupas por ella, más mala espina me da.

Definitivamente, creo que estoy lejos de curarme.

lunes, 14 de febrero de 2011

Mathrenduil

¡Buenas tardes viajantes! Tal y como dejé entrever en mi último post, era inevitable que no dedicase una entrada a este personaje.
Quizás es la muestra más clara de que al final llegamos a reflejar lo que somos y sin embargo, aunque el rencor se lea en cada una de sus cicatrices, es un personaje que me fascina.
Definitivamente, se siente torturado, resentido y es cruel. Pienso también que hay mucho dolor en su interior y una sensación de rechazo lacerante.
A pesar de la descripción del mismo, me lo imagino aún bello dentro de su maldad. No sé, es como si ese personaje despertase mi esperanza en que hasta lo peor guarda algo bueno, la luz perdida de los valderen.
Cierto es que no me puedo engañar, es "de los malos" y tiene una madre que parece conjurar hasta en contra de él... Morgathi.
En mi mente, Mathrenduil es un Jeremy Irons con la cara marcada pero con la mirada gélida e inteligente.
Dentro de la fatalidad del momento, le creo majestuoso en su montura dragón y con la tierra que tanto amó y de la que fue expulsado manchada de la sangre de sus hermanos.
Le sigo la pista... Mientras espero a Lédesnald ;)

domingo, 13 de febrero de 2011

La impaciencia es mala

¡Buenas tardes compañer@s de lectura! Me he pensado mucho escribir este posts pero era inevitable. Cuando me planteé haceros partícipe de cada tramo de mi lectura de "El legado de la Profecía", me prometí a mí misma que lo haría a un ritmo pausado para no saltarme nada.
Imposible.
Absolutamente, imposible.
Han pasado por mis ojos 317 páginas y no he dicho nada acerca del triste final de la batalla de los enanos ni de su vuelta a "casa", tampoco he comentado nada de la seductora Morgathi y su viaje y encuentro con Sartarón, y me he pasado gran parte de la sangría que han hecho los valderen contra sus "hermanos" atelden... Tampoco he dejado constancia de que Mathrenduil me parece un personaje fascinante (definitivamente, sí, me van los crueles) y que su dragón evocan en mi mente impresionantes imágenes desde el cielo.
Me lo he saltado todo y ahora ando leyendo el desconcierto de Velthen enterándose de todo lo que ocurre en un mundo, que de repente, se ha vuelto demasiado grande para él. Está acompañado de un enorme animal que le adora y de dos compañeros bastante "pintorescos".
Y sé que es horrible el haberme saltado la explicación tantos matices como el valor de Elebrian y su horrible tortura...
Quizás me fallo a mí misma pero no puedo dejar de avanzar, de sentir que se acaban las páginas y quiero saber qué ocurre, a dónde van, que les deparará en el próximo capítulo,... ¿Sufrirán? ¿Perderán a más seres queridos? ¿Amarán? ¿Engañarán?...
318, allá voy.


PD: Por cierto... Sigo esperando a Ledesnald