lunes, 29 de noviembre de 2010

Toma de contacto

¡Buenas noches a tod@s! Por fin he sacado un momento para poder expresar lo que va siendo el libro para mí. Sólo diré que de la primera vez que lo cogí llegué al capítulo tres, casi sin darme cuenta.
Eso es bueno, muy bueno.
En el agradable silencio del cercanías, que a las 8 de la mañana es más idóneo para leer que una biblioteca, empecé a conocer a los personajes a los que voy a acompañar en el transcurso de este libro y de los que quedan por venir.
Tras ese ataque empático que me dio el leer esos agradecimientos, me sumergí en un mapa que relacioné inmediatamente con aquellas bellas ilustraciones de la Tierra Media; posiblemente sea una falla de todo lector de fantasía épica, no le es posible leer sin vincular.
Mar del Ocaso, Mar del Naciente, Mar del Crepúsculo... Me gusta, ahora quiero "ver" esos lugares.
En la primeras páginas que desgrano, me encuentro con la dulce sorpresa de los elfos oscuros, de la misticidad y maldad de esos seres que me capturan. La descripción de la entrada de las cuatro al campamento logra trasmitir la embriaguez de esa raza. La belleza y el desprecio de quién se sabe fuerte.
Y luego aparece el hijo del herrero, Velthen. En cuánto se sabe algo del muchacho, ya sientes que no puedes perderle la vista. Es luchador, quiere aventuras, nada de una vida tranquila y convencional,me apuesto lo que sea a que va a dar mucho que hablar... Y eso sin decir nada que lo de que sea rubio y no se parezca físicamente a sus padres, huele... ¡HUELE MUCHO!
En lo poquito que "sé" de él, entiendo que quiera salir de allí, la vida es muy corta para quedarse en una aldea perdida de Dios (Uy, ¿y qué dioses tiene esta gente? Tengo que leer más). También diré que inevitablemente, Velthen me recuerda a otro personaje (al que espero no se parezca nada más que en la cantidad de libros que vendió su autor) como es Eragorn. No es tanto el físico del personaje, sino la situación que parece rodearle.
La taberna me parece entrañable, no existe ningún libro de aventuras que no precise un lugar como ese: vino, aguamiel, cerveza, historias, razas (el mago, oh, aparece el mago e Ian Mckellen ha hecho tanto "daño" jejeje), leyendas,... Es un oráculo informal y pagano magnífico.
Bueno, me he quedado en el relato de los elfos, no sé que hacen, ni si traman algo... Pero me están llamando, susurrando desde el libro.
Entenderéis que no puedo declinar tal invitación. ¡Hasta pronto!

jueves, 25 de noviembre de 2010

Y el libro llegó a mis manos...

¡Buenas tardes a tod@s! Ayer por la mañana, después de reclamarlo un par de veces (jejeje, el mensajero estaba bastante ocupado) conseguí tener entre mis manos "El lobo blanco", primer libro de la saga "El Legado de la Profecía" de Abel Murillo.
En parte por conocer lo que hay detrás de manera superficial, en parte por la empatía que me causa un ser humano que ve cumplido un sueño; me he puesto a llorar leyendo desde la primera página... Y no, no es un drama.
La lista de nombres que se eluden en los agradecimientos no me es ajena y la emoción de hacer un pequeño recordatorio del transcurso de ese libro, no sólo la parte dedicada a escribirlo, sino todo el tiempo que habita ese sueño en la mente; me han llegado directos al corazón.
Desde el primer momento que se conoce al autor tanto en el instante en el que se empieza a leer el libro, uno se queda con la sensación de encontrar un espíritu sincero, fuerte y luchador. En la primeras páginas se menta una frase muy conocida de John Lennon "La vida es lo que pasa delante de ti mientras estás ocupado haciendo planes" y evoca totalmente la postura del autor. Posteriormente encontraremos esa actitud en Velthen... Pero eso es adelantar demasiado.
Lo principal es que hay algo fundamental que me ha hecho querer leer este libro: hay que luchar por lo que uno desea, indistintamente de lo difícil que parezca o lo que te digan los demás. "El Legado de la Profecía" es la historia de un sueño... y hace soñar al que lo lee.
Planeo escribir poco a poco mis impresiones de libro, de los personajes, de las situaciones que se desarrollen, etc... Y no porque me considere ni erudita ni crítica, sino porque deseo hacerle partícipe del proceso que inicia en cada uno de los lectores que disfrutarán de su libro.
No puedo despedir esta primera entrada sin tener una última palabra para "ambos" (ellos saben quién son y si no, pues se lo diré mañana ;)): Gracias.