lunes, 18 de abril de 2011

Lugares a los que siempre se vuelve

¡Buenas tardes lectores! Ha pasado ya un mes de mi último post y aunque mi compañero "El Lobo Blanco" me observa desde el estante con desdén (al fin y al cabo, sabe que puede aguantar más que yo para saber la continuación); yo le miro con melancolía.
De vez en cuando, abro el libro al azar y ojeo un par de páginas, volviendo a reencontrarme con los personajes que empiezo a echar de menos.
Cerrar los ojos e intentar adivinar qué harían, de existir, los montaraces en este momento. Acechando en cualquier lugar y pasando desapercibidos para el resto de los seres vivos.
Pienso en qué será de Ledesnald (lo sé, me pueden los colores) y que plan atroz y sangriento llenará su mente.
Y de Iyúnel, ¿dónde estará? ¿Se encontrará a salvo?
El pequeño mapa cobra un sentido nuevo tras leer el libro, son lugares tan conocidos como París, Londres, Lisboa, Edimburgo,... Justo mento destinos que conozco y a los cuáles deseo regresar, ya que hay un pedazo de mi vida por allí: ilusiones, sonrisas, lágrimas y experiencias.
Y me ocurre lo mismo con "El Legado de la Profecía", porque al fin y al cabo un libro es un viaje; y en este caso, el sentido del viaje es doble.
Volveré a cerrar los ojos y me preguntaré que piensa nuestro enorme huargo...

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